¡Más tontas en verdad por no ser estúpidas!

25.11.2012 02:22

Por Patricia E. Garza Vásquez

 

La novela producida en el 2008 por Lucy Orozco que ofreció una novela fresca por su temática de buen ritmo y con unas excelentes actuaciones y el hecho de ver juntos, después de su rompimiento a la protagonista Jackie Bracamontes (Cándida) y uno de sus galanes Valentino Lanus. Nos presentó una la pauta (al menos en  mi caso de ver a Jaime Camil  (Santiago) y a Lanus (Patricio) actuar en novelas,  -confieso que jamás los había visto actuar, ni a ella tampoco-. Porque cuando salió la novela jamás me movió verla por el hecho del nombre “Las tontas no va al cielo”.

Cabe destacar que el hueco que dejará esta novela difícilmente lo podrá llenar “un gancho al corazón” que al ver sus protagonistas ni ganas da de ver. ¿Por qué más tontas no pudieron ser? Porque a pesar de la historia tan original y con toques de buen humor, un manejo de temas interesantes como el  del SIDA, el de la homofobia, como el de crimen organizado, le dieron un toque diferente a lo visto.

Nos presentan unas mujeres como la protagonista que manejo el engaño, el fraude, las mentiras (según ella justificadas por su dolor) falsificando una acta de defunción, engañando a sus propios padres y casándose por la iglesia, descubre que su novio se está besando  (cuando realmente fue besado a la fuerza) por su propia hermana y no estuvo dispuesta a perdonar el engaño e hizo cosas peores por las que jamás pagó. Se casa de nuevo- cuando ambos se habían casado por la iglesia.

En este mundo lleno de anti valores, es común ver este tipo de situaciones que se casan por la iglesia sin tomar en cuenta el valor realmente de hacerlo ante Dios. Viene el divorcio y se casan un sin número de veces cuando en la época de noviazgo se cansaban de uno y fácilmente comenzaban otro.

Candy –significado dulce en Inglés- no lo es en toda la novela, que realmente el título original sería “las estúpidas no van al cielo”. Cuestionado lo que la misma  Biblia habla al respecto, es decir no seas buena, se embustera, comete fraudes y lo peor, sin importar, haz creer a los seres que te dan la vida que ya falleciste y obtendrás el amor de tu vida, serás un mujer exitosa y que todos se enamorarán de ti y obvio gente de mucho dinero (Patricio y Santiago) Esto sin olvidar a Raúl (Carlos de la Mota).

No importa lo que le prometas a Dios en el altar, si no lo que tu voluntad quiera, cuando realmente decimos en nuestra vida “hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo”. Las telenovelas hacen un lado los valores para mostrar todos los anti valores y buscar así justificar las conductas del ser humanos por más erradas que estén.

Esto sin olvidar a las villanías de los antagonistas, tráfico de bebés, adulterio, deshonestidad, fraudes, traición, vanidad, egoísmo, rencor, resentimiento, asesinatos y todo lo que usted se le ocurra hubo en la novela. Y al final pagan sólo con la cárcel, Alicia (Fabiola  Campomanes)  la muerte (Sabine Moussier) y un accidente que deja parapléjica a una de ellas,  Paulina (Karla Álvarez). ¿Villanos? No hubo, sólo “hombres normales” infieles, mentirosos y machistas.

Cabe destacar que el que se lleva la novela es  el tío  “Meño” (Manuel “El flaco” Ibáñez), y los niños especialmente “Chava” hijo de la protagonista de la novela. Lo único que me pareció exagerada su actuación y muy infantil la Santiago (Camil) en la novela así como la de Eduardo (Alejandro Ibarra). Tontas o estúpidas pueden ir al cielo, todo depende en su creencia que puedan tener de Dios. Bien por su productora Rosy Ocampo y muy mal por todos los anti valores que se han manejado en las novelas desde que comenzó esto en México encabezado por “Senda Prohibida” 1958.