Los hombres que no existen

26.10.2012 19:52

 

Por: Patricia E. Garza Vásquez

 

Son aquellos que nos han presentado los medios electrónicos entre ellos el cine pero más la televisión, esa “caja mágica” nos ha planteado un tipo de hombre que como lo que estamos viendo es una historia irreal, algo ficticio, que no existe, que salió de la pluma de un ideal que la escritora se imagino o creo en su mente.

Y vamos analizando porque: Los hombres que nos presenta la televisión en las novelas son hombres que son fieles hasta decir ya no (no quiero decir que no exista hombres así) pero acá lo ponen como el común denominador, que por mas que se les ofrezcan las antagónicas, no acceden a sus instintos sexuales por el amor de la protagónica de la novela y si lo hace es porque se bebió  demasiado alcohol –maquinado por la villana -hasta perder el conocimiento y hubo una foto que quedó la evidencia de esa “noche de pasión” que por lo regular jamás existió.

Esto no pasa en la vida real, y menos cuando esa relación terminó (como en las novelas, que se separan un tiempo) por lo general el hombre da vuelta a la página y sigue con su vida. En las novelas nos presentan a un hombre que se la pasa rogando, suplicando por el amor de la protagonista no una vez, si no “n” numero de veces y no importa cuantas veces sea rechazado el sigue insistiendo. Error número dos y comprobado, en la vida real a un hombre le dices no y es no, el aunque la ame, aunque lo sufra no regresa.

Esto le pasó a una persona que conozco (y por respeto, jamás diré nombres) ella tuvo un novio en la preparatoria y él siempre la quiso, por circunstancias se separaron y pasaron muchos años, él un día regresó, les estoy diciendo ¿veinte años? Y le pidió lo que siempre anheló: matrimonio. Ella se desconcertó, pero como no se había casado nunca, aceptó. Comenzaron los preparativos, el vestido, la recepción, todo. De repente ella terminó de la noche a la mañana con él. Él se encontraba devastado ya que su sueño no se cumpliría con la persona que tanto había amado.

Al ver tal situación, con todo preparado, le pregunté a ella si había una razón de peso para que concluyera dicha relación, ya que ella estaba muy mal también y saben que me respondió: “Es que yo pensé que si me amaba, regresaría” y yo querido lector (a) perpleja fue poco, atónita menos, no alcancé a comprender sus palabras a lo que respondí: “¿Después de veinte años que regresa, aún dudas de su cariño?”. Ah! Pero como en las telenovelas cada rato los mandan a lo que coloquialmente decimos “a freír espárragos” y siempre regresan, en la vida real eso no pasa. ¿Cómo concluyó esta historia? Al toparme con el ex galán de ella, le pregunté la razón y sólo me respondió: “ella dijo que no, ¿que caso tiene? si jamás me amó”. Ella anheló su regresó y el jamás lo hizo. Ahora cada quien sigue su camino cuando existió la posibilidad de llevar una vida en común.

Otro aspecto que nos presentan en las novelas es que los hombres enamorados acceden a todo lo que las mujeres pedimos cuando eso no es real y de nueva cuenta el hombre por muy enamorado que esté tiene su espacio,  sus gustos y preferencias y la razón que pensamos como las besan, las tratan en las novelas y casi estamos histéricas cuando no acceden a perderse un juego del “América con la chivas” cuando en las novelas ni futbol ven.

El cliché ese de “y vivieron felices para siempre” como en las novelas que casi siempre terminan en una boda, así muchas mujeres van al matrimonio pensando que eso es una realidad y se topan con una verdad muy distinta. El hombre ronca, deja tirada la ropa, no le baja al baño, no  ayuda en la cocina, sólo se sienta (no todos, aclaro) le encanta el futbol, los amigos, etc. Le fastidia ir de compras y las mujeres de necias piden que las acompañen, ¿a que? ¿A pagar? Porque ellos ni idea tiene que detergente compra y porque compra ese.  Nada mas cheque cuando usted lo manda al supermercado, cada rato le llama al celular y le dice: “aquí estoy en los detergentes, ¿Cuál compro, el que blanquea, el que tiene “oxianillos” , el que incluye cloro, el que deja la ropa suavecita o el que no necesita plancharse al enjuagarse?”

Así que si quiere vivir feliz para siempre, deje ese ideal de hombre que tanto Caridad Bravo Adams, Yolanda Vargas Dulché y María Zaratinni entre otras nos plasmaron en sus novelas que traspasaron a la televisón ¡Esos no existen!

 

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